Multisectorial por el Derecho a Habitar la Provincia

 

El acceso a la tierra y la vivienda se convirtió en Tierra del Fuego en un problema que afecta a miles de desocupados/as y trabajadores.  La construcción de la ciudad a través de la gestión del suelo urbano se limitó fuertemente a partir del 2000, dando paso al mercado como regulador del acceso a la tierra y la vivienda. Esta situación generó cuantiosos negocios inmobiliarios y la concentración de la riqueza urbana en pocas manos. La contracara de ese proceso fue el hacinamiento, precarización  y  aumento de la conflictividad social en los sectores de menores ingresos. Actualmente se registran tibios procesos de generación de suelo urbano, pero no son suficientes para cubrir la demanda habitacional de la provincia, la cual se recrudece en el contexto de pandemia donde aparecen y se refuerzan situaciones de violencias patriarcales, institucionales y socioeconómicas.

 

Desde que se constituyó el Estado Nacional, hace 200 años, podemMultisectorial por el Derecho a Habitar la Provinciaos contar esta misma secuencia, donde unos pocos/as poderosos/as se hacen de las mejores tierras y de los bienes comunes de nuestra naturaleza, siempre a sangre y fuego; y otros/as resistimos, mediante la lucha, esta gran injusticia. Así hemos podido recuperar territorios y ganar derechos. Desde la resistencia de los pueblos originarios, asociaciones de inquilinos, organización de cooperativas de construcción de vivienda hasta la recuperación de tierras por parte de movimientos campesinos y movimientos sin tierra. Ha sido constante la pelea por la vivienda, la tierra y el hábitat en la historia de nuestro pueblo.

 

Las transnacionales, en su lógica de penetración neoliberal, se han hecho con los recursos naturales en nuestro territorio, han endeudado al Estado y en consecuencia, a todos/as los/as argentinos/as. Recursos que deberían servir para mejorar la salud y la educación de un pueblo, son evadidos y fugados al exterior del país.

 

Las respuestas de los distintos gobiernos carecen de soluciones concretas: planes de vivienda o adquisición de tierras a tasas muy altas, no solucionan el problema habitacional de la provincia. Asimismo, las pocas políticas públicas nacionales en materia habitacional, dirigidas a la clase trabajadora empobrecida, son acaparadas por los gobiernos municipales y/o punteros que son una extensión de su aparato político en el territorio. Estas lógicas estatales pendulan entre una estrategia mercantilista cooptada por el sector inmobiliario hacia una estrategia cooptada por la política partidaria que asigna las necesidades habitacionales en función de los tiempos políticos. Ambas lógicas dejan a muchas familias sin la posibilidad de tener una porción de tierra para vivir dignamente con servicios públicos básicos. Muchas veces este mismo sector social sufre desalojos y otro tipo de prácticas que criminalizan la pobreza y la protesta denostando una plena connivencia entre el poder político y judicial del Estado.

 

Entonces, el Estado no está dando la discusión del problema estructural habitacional, sino que se realizan acciones coyunturales para paliar la situación, pero pateando el problema de fondo para adelante. Este modelo de habitat viola el derecho a la vivienda digna, al agua, a la salud, a la integridad psicofísica, a la vida y a vivir en un ambiente sano. En suma, es un modelo violatorio de nuestros derechos humano.

Por ello entendemos que el papel de la institucionalidad es formalizar un marco de funcionamiento común. En una transición hacia sociedades de poder descentralizado, proponemos una fuerte alianza entre lo público y lo comunitario en donde se valorice y potencie la participación social, la cual se encuentra motorizada por el surgimiento permanente de nuevas generaciones, cuya posibilidad de crítica tiende a construir instituciones sociales que ponen en discusión estos esquemas de poder y políticas. Por ello, toda construcción social debe favorecer la irrupción de nuevas sensibilidades generacionales, abriendo plenamente los espacios para que estas se expresen, colocando las premisas vigentes en estado de revisión crítica y de transformación como paso ineludible para recuperar la soberanía arrebatada por una estructura estatal cada vez más alejada de la base social.

 

De esta manera, porque no se encaminan las soluciones comprometidas, es que volvemos a las calles, instituimos un Frente de Organizaciones, un foro social para exigir que el gobierno provincial y los gobiernos municipales se hagan cargo de la situación urgente de las miles de familias que hoy siguen padeciendo las injusticias de un sistema que permite a los poderosos perpetuarse mientras la clase trabajadora está y sigue expuesta a las situaciones de emergencia frente a la falta de trabajo y de condiciones dignas de vivienda.

 

Llamamos a la lucha, a la acción en las condiciones que se pueda, que comienza por esclarecer las conciencias, proclamar las verdades para dar esta pelea. Llamamos a todos/as que quieran formar filas del frente y a los/as que no deseen hacerlo, pero se sientan identificados/as con nuestro propósito, llamamos a todos los sectores sociales y a los movimientos territoriales, los invitamos a ser parte de esta historia. Sin calle, sin acción colectiva, el poder concentrado lleva siempre las de ganar.

 

Tierra para vivir y producir

Suspensión efectiva e inmediata de todos los desalojos.

Libertad a presos políticos

No a la especulación inmobiliaria

Autogestión de la vivienda y la construcción de barrios comunitarios

Feminismo y eco socialismo para habitar.